WHITE SKIN, UNA PELÍCULA DE RECHUPETE
Después de caspas del calibre de Malevolence, El Escondite, Cursed o Mar Adentro, el cine de terror al fin nos ofrece una película decente. La podeis encontrar ya en vuestro videoclub y se llama White Skin. Su director, un canadiense tarado de nombre Daniel Roby ha ganado en Toronto el premio a la mejor dirección y su carrera promete tela marinera porque al tío se le va tanto el tarro como a nuestro entrañable David Cronenberg, otro saleroso cineasta que cuenta ´con frases en su filmografía como "ven a ver esto, hermano, jamás había visto unas entrañas tan hermosas..." (Inseparables)
Pero a lo que íbamos. White Skin es una peli que combina el dramón de amores imposibles con el terror más sórdido y emético. La cosa va de un pavo que pierde la cabeza por una fulana pelirroja de piel muy, muy, pálida. La tía es un poco rara, porque además de padecer un extraño cáncer, tiene por costumbre rebañar los condones de su pareja después de que éste los tire a la basura (No os perdais la escena, y si podeis, contempladla relamiendo el culín de un danissimo natural).
Paso de destriparos el desenlace. Sólo os diré que aquellos que teneis la manía de bisbisear "pelirrojo malasuerte" al cruce con alguien pelitaheño estais de enhorabuena. White Skin confirma vuestras peores sospechas sobre esos seres tan macilentos como morbosos (si tuviera que contar con los dedos de las manos las veces que me la he pelado pensando en la Scully tendría que pasar una temporada en Chernobyl para mutar y que me crecieran más) Por si fuera poco, la trama resolverá el enigma de esos misteriosos estadios de anemia transitoria que siempre os han asaltado después de cepillaros a cualquier pava teñida de pajizo.
Es una peli bastante buena, pero tiene un fallo en lo que a la naturaleza de su mensaje se refiere: Todos sabemos que las pelirrojas no son las únicas zorronas hijas de puta que te sacan la sangre, el esperma, y el dinero, sino que se trata de algo congénito al sexo con hendidura.
Nada más por hoy. Volveré pronto para hablar de... ¡Star Wars! He, he, he
Pero a lo que íbamos. White Skin es una peli que combina el dramón de amores imposibles con el terror más sórdido y emético. La cosa va de un pavo que pierde la cabeza por una fulana pelirroja de piel muy, muy, pálida. La tía es un poco rara, porque además de padecer un extraño cáncer, tiene por costumbre rebañar los condones de su pareja después de que éste los tire a la basura (No os perdais la escena, y si podeis, contempladla relamiendo el culín de un danissimo natural).
Paso de destriparos el desenlace. Sólo os diré que aquellos que teneis la manía de bisbisear "pelirrojo malasuerte" al cruce con alguien pelitaheño estais de enhorabuena. White Skin confirma vuestras peores sospechas sobre esos seres tan macilentos como morbosos (si tuviera que contar con los dedos de las manos las veces que me la he pelado pensando en la Scully tendría que pasar una temporada en Chernobyl para mutar y que me crecieran más) Por si fuera poco, la trama resolverá el enigma de esos misteriosos estadios de anemia transitoria que siempre os han asaltado después de cepillaros a cualquier pava teñida de pajizo.
Es una peli bastante buena, pero tiene un fallo en lo que a la naturaleza de su mensaje se refiere: Todos sabemos que las pelirrojas no son las únicas zorronas hijas de puta que te sacan la sangre, el esperma, y el dinero, sino que se trata de algo congénito al sexo con hendidura.
Nada más por hoy. Volveré pronto para hablar de... ¡Star Wars! He, he, he
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